María Luisa Aspe Armella

Los jesuitas jugaron papeles decisivos en el México moderno. Además de educar a las élites, incursionaron activamente en política y en la cuestión social. Pero, ¿a qué se debe esta importancia de los jesuitas? Para poder dar una respuesta es preciso entender cómo fue que la Compañía de Jesús se adaptó a los tiempos modernos, tanto en Europa como en México.

La Compañía de Jesús del Antiguo Régimen estaba basada en una identidad acorde a su circunstancia histórica: la Contrarrefor-ma, la evangelización de nuevos mundos y el poder monárquico. La autoridad, tan esencial para los jesuitas, se moldeaba y se "acomo-daba" de acuerdo con esa identidad. Sin embargo, tras ser suprimida durante casi medio siglo, la Compañía de Jesús se restauró en una circunstancia histórica completamente diferente. Para 1814 comenzaban a desvanecerse las monarquías tradicionales, y la lucha contra los protestantes y la evangelización de América ya no eran priorita-rias. Estas condiciones permiten entender que la Compañía de Jesús en realidad no se restauró, sino que apareció como una nueva orden religiosa en medio de un mundo completamente nuevo.

En este libro se exponen los nuevos discursos identitarios de la Compañía de Jesús a partir de las redefiniciones de sus nociones de autoridad. En la modernidad, la autoridad para los jesuitas se volvió la personalidad carismática del soberano pontífice, símbolo de lucha contra el mundo moderno, y su principal objetivo era restaurar la cristiandad. De esta manera, los jesuitas se volvieron los defensores del sumo pontífice y de la Iglesia católica ante un mundo en constante cambio.
En el texto se exponen los cambios históricos que aconte cieron en la identidad y la autoridad de los jesuitas desde que comenzó a cobrar legitimidad la figura del Papa, en 1814, hasta que aparecen los primeros síntomas de su decadencia, en la época de los fascismos.

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